30/4/08

Sistema educativo médicos (1/2)

En los comentarios de esta entrada, Iñaki pregunta:
Me tienes que explicar cómo funciona todo eso: residentes, estudiantes, etc. Coméntame cómo se organiza todo eso porque no me aclaro.
Pues bien, vamos a intentarlo... Empecemos por el principio de los tiempos. Érase una vez un estudiante de Bachillerato de Ciencias de la Vida y Salud (o de COU, si el estudiante es más talludito), que, desde pequeño, había sentido la llamada de la vocación. Los síntomas más precoces de esta enfermedad incluían, entre otros, tragarse todos los episodios de "Érase una vez la vida" y conocer los principios activos de los medicamentos. También podían presentar parafilias y desviaciones varias; en mi caso, la más grave fue leerme un manual sobre reanimación cardiopulmonar avanzada cuando tenía... nueve años.

Pero bueno, volvamos al estudiante. Esta chavala (lo pongo en femenino porque son mayoría) terminaba su bachiller y hacía la temida Selectividad, obteniendo unos resultados envidiados por la inmensa mayoría de sus compañeros. No era para menos, pues para poder realizar su sueño dorado necesitaba una media superior al notable (entre 8 y 8,5, según las facultades). No obstante, siempre quedaba la opción de llamar a la puerta de una de las dos universidades privadas que hay en España. Como podéis imaginar, hay razon€$ contundentes por las que la gente suele descartar esta posibilidad.

Tras esto, ya nos han admitido en una facultad de Medicina. Eso significa que, hasta tener un título de "Licenciado en Medicina", transcurrirán seis años. Después, quien quiera hacer una especialidad (que, por vicisitudes legales, es todo el mundo), tendrá seis meses para preparar un examen-oposición y concursar a una de las plazas de formación ofertadas por el Ministerio: los famosos MIR, tras lo que le esperan otros cuatro (o cinco) años de compaginar estudio y trabajo, hasta obtener el título de especialista.

Pero mejor vayamos poco a poco. Estábamos con la chavala que reventaba el examen de Selectividad y era admitida en Medicina...

Ya estamos dentro

Nuestra chica tiene por delante seis años de estudio. En la mayoría de facultades españolas, estos seis años se dividen en dos ciclos:
  • El primer ciclo, teórico, de 1º a 3º, de contenido teórico general.
  • Y el segundo ciclo, clínico, de 4º a 6º, de contenido teórico específico y práctico.
Esta es la regla general en casi todas las universidades estatales. No obstante, hay algunas excepciones; por ejemplo, desde hace varios años la Universidad de Castilla-La Mancha inicia las prácticas clínicas desde 1º de carrera.

Eso significa que la chica (llamémosla Ana) empezará estudiando materias generales, que le servirán para conocer las bases de la Medicina. Me refiero a cosas como Anatomía o Fisiología, pero también Bioquímica, Histología o Bioestadística. Ya en 3º le darán una visión general sobre las enfermedades y su diagnóstico (Patología General, Radiología), así como su curación (Farmacología General, Cirugía).

Obviamente, los tres primeros años no son sólo de teoría. Ana también habrá hecho prácticas relacionadas con las asignaturas. Unas más útiles, como saber tomar la tensión y leer un electro, y otras completamente superfluas, como hacer e interpretar una PCR.

Después de estos tres años, Ana asistirá a la Diplomatura de muchos de sus compañeros de clase, mientras a ella le quedan otros tantos años de estudio. Pero, como es vocacional, no le importa y sigue adelante. En septiembre empieza el segundo ciclo, el clínico. Eso significa que alternará clases teóricas de las distintas especialidades (cardiología, urología, pediatría...) con pasantías por varios servicios. Las clases teóricas son más o menos comunes en todas las Facultades españolas. Sin embargo, las organización de las pasantías difiere entre Universidades; en algunas sólo se pasa por dos servicios cada curso, totalizando tres meses de clínica, mientras que en otras las pasantías son continuas, dos semanas por servicio durante todo el año lectivo.

Ya, bueno, pero ¿qué es una pasantía? Las pasantías consisten en "trabajar" en un servicio de un hospital: te puede tocar uno interesante, como Cardiología, o un coñazo, como Farmacología. Cuando estás ahí, tú te las apañas para aprender más o menos. Los hay que se sientan en una esquina y esperan que alguien les diga qué tienen que ver. Esos son los que luego se quejarán porque no han aprendido nada. Y luego hay otros que se preocupan, y tocan las narices a los médicos para que les expliquen un caso o les dejen hacer cosas: desde ponerte unos guantes (todo requiere su técnica) hasta intubar a un paciente. Si te preocupas un poco, te mueves y llevas los ojos bien abiertos, puedes aprender muchas cosas.

Pero bueno, volvamos al tema. Decíamos que Ana estaba en el ciclo clínico. 4º, 5º, y cuando acaba los exámenes de junio de 6º... ¡¡ya es médico!! Ahora, en un mundo ideal, Ana podría ejercer la Medicina, previa colegiación ("registrándose" en un Colegio de Médicos). Sin embargo, gracias a un doble mortal con tirabuzón legal (también conocido como "6=0"), Ana no puede ejercer en la sanidad pública. Ni siquiera como médico de familia.

Perfecto. Tenemos a una chiquita de 24 tacos, de los que ha pasado seis estudiando, y que no puede trabajar "de lo suyo". Como mucho, puede currar como médico general en el sector privado: atendiendo urgencias o haciendo reconocimientos médicos en una mutua, pero poco más. Tanto si quiere un trabajo "serio", como si quiere estar en la sanidad pública, debe tener una especialidad. ¿Y esto cómo funciona? Bueno... eso mejor lo dejamos para la siguiente entrada.

Hasta aquí, ¿alguna duda?

28/4/08

Venganza

Dos versiones diferentes. Según Iñaki:
La venganza es como el dinero: no da la felicidad, pero la emula bastante bien.

Y, según dicen los Microsiervos,
La venganza nunca es un camino recto. Es un bosque. Y, como en un bosque, es fácil perderse. Perderse y olvidar de dónde venías.
Kill Bill, Vol. 1 (2003).

¿Con qué versión os quedáis?

27/4/08

Minutos musicales (Videolog, VII edición)

Para todos aquellos que piensan que toda la música electrónica es bakala, que todo suena igual, y que lo asocian a cosas como las de este vídeo:
les pongo aquí alguna pequeña joya de las que uno guarda por el disco duro. Que las disfrutéis.


ATB - Hold you


All the things that I told you
All the things that I never mentioned
All the things that I told you twice

Give me something to turn to
Like an answer that has no question
Give me something that I can't fight

I don't want to hold you
I don't want to hold you down
(Repeat)


I will always adore you
As the line with no intersection
never knows what it means to cry

Chase the wind and she'll steal you
Trap your heart and you'll never get it
These are the things that I've learned from life



Dj Sammy - Heaven


Baby you're all that I want:
when you're lying here in my arms,
I'm finding it hard to believe
we're in heaven.


(We're in heaven)

Oh, thinking about all our younger years,
There was only you and me,
We were young and wild and free.
Now nothing can take you away from me:
we've been down that road before,
but that's over now.
You keep me coming back for more.

Baby you're...

And love is all that I need,
and I found it there in your heart.
It isn't too hard to see
We're in heaven.


(We're in heaven)

Now, nothing could change what you mean to me.
There's a lot that I could say,
but just hold me now,
'cause our love will light the way.

Baby, you're...

And love is...


Now our dreams are coming true.
Through the good times and the bad
I'll be standing there by you.

(We're in heaven)

And love is...



Marc Aurel - Running


I do remember days when I was young
I wish I was a child of ten again
We learned of love, of life, of everything
I wish I was a child of ten again



Robert Miles - Children

Y cerramos con un tema trancero de los muy elegantes. La pena es que no hay videoclip (o yo no he visto) de la versión extended (la que empieza con una tormenta).

25/4/08

¿Por qué EC-JPR?

Esta entrada llevaba ya un tiempo en la recámara; el decidirme a publicarla ha sido por este post de noslan, donde bps me pregunta el por qué de las mayúsculas en mi alias.



DISCLAIMER: Este es un artículo autobiográfico (aka. lamida de cimbel propio). Así que no me responsabilizo si me queda más coñazo de lo habitual.

Punto uno: ¿por qué escribo esto? Pues porque desde que creé este blog era consciente de que, si pretendía conseguir mucho tráfico, su nombre no iba a ayudar. ¿Quién se va a acordar de una dirección que son letras sin sentido aparente?

¿Qué coño significa ecjpr? Bueno, por partes. No es ecjpr, sino EC-JPR. Para los aerotrastornados, creo que lo acabáis de ver todo más claro. Para aquellos a los que los aviones os la traigan pendulona, os informo: toda aeronave, al igual que un automóvil, debe estar matriculado. La matrícula se forma por cinco o seis caracteres, que pueden ser letras y/o números, los primeros de los cuales hacen referencia al país. Así pues, un avión de Air France tendrá matrícula F-GISC, uno de Lufthansa será D-ALCK, y uno de Aer Lingus EI-SHN. EC es el identificativo de España.

En otras palabras: EC-JPR es una matrícula de avión. ¿De qué avión? De ninguno. Elegí esas letras porque son mis iniciales. Curiosamente, mucho después me enteré de que el EC-JPR existe (es un helicóptero Robinson R-44).

Ya, bueno, pero ¿por qué me invento una matrícula con mis iniciales? Ah, eso tiene una explicación bien sencilla. En cuanto tuve internet (de eso hace casi cuatro años), aproveché para darle rienda suelta a mi vicio. Y no, no es el pon-no, sino los avioncitos. Descubrí IVAO, una red gratuita donde poder volar en línea, con otros virtupilotos y ATC real. El caso es que, cada vez que te conectas, tienes que dar un callsign, un identificativo. Mucha gente emplea el de su aerolínea virtual (Spanair, Clickair...), pero yo me inventé el mío propio, para usarlo en cualquier momento.

Y así empezó todo. Luego pasé a usar ese mismo nick/callsign para identificarme en el foro de IVAO, en el de TCAS, y hasta en la Wikipedia. Entre tanto, empleo el mismo nick para los comentarios que voy dejando en los distintos blogs: algunos que ya están cerrados, otros que sigo desde hace bastante y otros que acabo de descubrir.

Pues eso. Ya me tenéis fichado.

24/4/08

Ya, pero... es lo que yo opino

¿Quién sería el idiota que propaló la máxima de que todas las opiniones son respetables? Eso es falso. Son respetables siempre las personas, pero sus ideas pueden ser criticadas, rebatidas e incluso refutadas. Es más, en una sociedad moderna e ilustrada, criticar las opiniones de los demás es un sacramento fundamental sin el cual la cultura se estanca y la convivencia degenera por acabar siendo zarandeada por los prejuicios dominantes.

Mikimoss, en un comentario a un artículo del Gran Wyoming, vía Halón Disparado.


Ha hablado sobre esta entrada...
Carlos en "Ya, pero yo opino..."

23/4/08

Santa's FAA test

Santa Claus, like all pilots, gets regular visits from the Federal Aviation Administration. The FAA examiner arrived for the pre-Christmas flight check. In preparation, Santa had the elves wash the sled and bathe all the reindeer. Santa got his logbook out and made sure all his paperwork was in order. He knew they would examine all his equipment and put his flying skills to the test.

The examiner walked slowly around the sled. He checked the reindeer harnesses, the landing gear, and Rudolf's nose. He painstakingly reviewed Santa's weight and balance calculations for sled's enormous payload. Finally, they were ready for the checkride. Santa got in and fastened his seatbelt and shoulder harness and checked the compass. Then the examiner hopped in carrying, to Santa's surprise, a shotgun.

“What's that for?” asked Santa incredulously.

The examiner winked and said, “I'm not supposed to tell you this ahead of time,” as he leaned over to whisper in Santa's ear, “but you're gonna lose an engine on takeoff.”

- Vía... alguna página web o correo electrónico de cuyo nombre no quiero acordarme.

21/4/08

Premio innominado

Ahora mismo, por mi bien, debería estar repasando algún tocho. Sin embargo, esta mañana me han enviado un email que no puede quedar sin respuesta. En ese correo, Iñaki me ha galardonado con el Premio Innominado. Y, aunque la inmodestia denota falta de educación, y podría decir que escribo esto sólo obligado por el meme... ¡qué coño, me voy a hacer la del chimpancé! He aquí la razón por la que Iñaki me ha dado el premio:

Per ardua ad astra, de EC-JPR: porque tiene un talento natural para encandilar al lector con sus anotaciones. Porque desde que dejó el primer comentario en mi blog, me hice asiduo del suyo (y eso que a mí la medicina me da yuyu...).

La verdad, es un placer ver que hay alguien a quien mis entradas no le parecen aburridas. Porque, sinceramente, yo muchas veces pienso: ¿ya le interesarán a alguien estas chorradas que cuento? Pues mira, parece que sí.

Y, como tampoco tengo demasiado tiempo para enrollarme (lectura que os ahorráis), voy al grano. Las reglas del meme son:
  1. Publicarlo en un post haciendo relación al autor y blog de quien te lo ha otorgado.
  2. Hacer un enlace al blog citado.
  3. Elegir los blogs a los que premias por cualidades similares a aquellas por las que te premiaron a ti.
  4. Enlazar los blogs nominados.
  5. Hacer constar estas reglas.

Pues, para empezar, al igual que hace Iñaki con quien le dio el premio a él, yo también creo que debo nombrarle. Y no, no es por devolverle el favor ni por cumplir: es porque no me he perdido ni una entrada desde que conocí su blog, y porque cada una me parece mejor que la anterior. La única pega es que de esto hace menos tiempo del que me gustaría...

Así que mis cinco blogs quedan:
  • Enchufa2, porque me encanta la pluma que tiene (¡en el sentido literario, cabrones!), y es que él también es un maniático de las faltas de ortografía. Porque me gustan los temas que tocan, tanto él como su novia, y por cómo los enfocan. Y porque creo que compartimos los suficientes puntos de vista como para que siga suscrito a su RSS por mucho tiempo.
  • Noslan. No recuerdo cómo ni cuándo caí por casa de Marc, pero el caso es que desde aquel momento me encuentro como en la mía propia. Entre otras, me encantan sus entradas sobre "filosofía informática" (o, con otras palabras, "informáticos al borde de un ataque de nervios") y sobre música electrónica (nos ahorraremos explicaciones diciendo "bakala").
  • Juankiblog. Hijo, sigo sin creerme que con sólo trece años escribas como escribes. Si ahora ya tienes semejante prosa y destilas ese humor, miedo me da cuando tu DNI te permita beber... No quisiera yo ser blanco de tus bromas.
  • Halón Disparado; aunque dudo mucho que el Camarada se pasee por mi humilde morada, pues su blog está a otro nivel, disfruto como un enano con cada una de sus entradas. Esa ironía corrosiva y esa forma de escribir, tanto la suya como la de Ender, que te dejan siempre con ganas de más, cuando eso es buena señal (justo al contrario que en el lecho conyugal).
  • Ya está el listo que todo lo sabe. El perfecto complemento para una partida de Trivial. O para vacilar de erudito. En cualquier caso, cada una de sus entradas explica una curiosidad capaz de hacerte levantar la ceja y sonreír al mismo tiempo.

Me hubiera gustado poner muchos más blogs, pero me hubiera alargado indebidamente. Así que ahí quedan mis cinco perlas. Espero haberos descubierto alguna que no conocieseis, y que nos encontremos en los comentarios de esos blogs.

Y esto es todo por hoy. A quien pluguiere, que recoja el guante de este meme. Y, quien no lo haga, espero que al menos se haya sentido halagado. Os aseguro que esa era mi intención (y conste que, por una vez, hablo sinceramente).

20/4/08

Besando el culo de Hank

Hace mucho que quería postear esto. Doy por sentado que muchos de los que leéis este blog ya conoceréis la historia. Pero, para los que no, os presento...

Besando el culo de Hank



Esta mañana han llegado a mi puerta una pareja bien vestida y bien peinada. El hombre habló primero:

Juan: Hola, yo soy Juan y esta es María.
María: Hola, estamos aquí para invitarte a besarle el culo a Hank con nosotros.

Yo: ¿Cómo? ¿De qué estás hablando? ¿Quién es Hank? ¿Y por qué tendría que querer besar su culo?

Juan: Si tú besas el culo de Hank, te da un millón de dolares; y si no lo haces, te cubre de mierda.

Yo: ¿Cómo? ¿Es que es alguna clase de extraño pervertido?

Juan: Hank es un multimillionario filántropo. Hank construyó este pueblo. Hank posee este pueblo. El puede hacer lo que quiera, y lo que quiere hacer es darte un millón de dolares, pero no puede si tú no besas su culo.

Yo: Eso no parece tener mucho sentido. ¿Por qué?...

María: ¿Quien eres tú para cuestionar los deseos de Hank? ¿Es que no quieres el millón de dolares? ¿Es demasiado un pequeño beso en el culo?

Yo: Bueno quizás, si es legítimo, pero...

Juan: Entonces vamos a besar el culo de Hank.

Yo: ¿Besáis el culo de Hank frecuentemente?

María: Oh, sí, continuamente.

Yo: ¿Y os ha dado el millón de dolares?

Juan: Bueno, aún no. No se puede recibir el dinero hasta que no te marchas del pueblo.

Yo: Entonces, ¿por qué no os marchais del pueblo y recibís el millón de dolares?

María: No puedes marcharte del pueblo hasta que Hank te lo diga, o de lo contrario no recibes el dinero y él te cubre de mierda.

Yo: ¿Conoceis a alguien que haya besado el culo de Hank, que se haya marchado y que después haya regresado con el dinero?

Juan: Mi madre le besó el culo a Hank durante años. Ella se marchó el año pasado, y estoy seguro de que tiene el dinero.

Yo: ¿Has hablado con ella desde entonces?

Juan: Por supuesto que no, Hank no lo permite.

Yo: Entonces, ¿cómo sabes que tiene el dinero si no has hablado con nadie que lo haya recibido?

María: Bueno, antes de que abandones quiero darte una pequeña muestra. Tal vez tengas un accidente, tal vez ganes un pequeño premio en la lotería, tal vez encuentres un billete de veinte dólares en la calle.

Yo: ¿Y qué tiene eso que ver con Hank?

Juan: Hank tiene ciertas "conexiones".

Yo: Lo siento, pero esto suena como si fuera un extraño videojuego.

Juan: Pero es un millón de dólares, ¿realmente puedes arriesgarte? Y recuerda, si no le besas el culo, te cubre de mierda.

Yo: Tal vez si pudiera verle, hablar con él, tener detalles sobre él...

María: Nadie ve a Hank, nadie habla con él.

Yo: Entonces, ¿cómo le besáis el culo?

Juan: En ocasiones únicamente le mandamos un beso y pensamos en su culo. Otras veces besamos el culo de Carl y él se lo transmite.

Yo: ¿Quién es Carl?

María: Un amigo nuestro. Él es quien nos ha hablado sobre besar el culo de Hank. Todo lo que tenemos que hacer es invitarlo a comer de vez en cuando.

Yo: ¿Y vosotros habéis creído sus palabras cuando ha dicho que existe un Hank, que Hank quiere que le beses el culo y que te recompensará?

Juan: ¡Oh, no! Karl tiene una carta de Hank de hace mucho tiempo donde lo explica todo. Aquí tienes una copia para ti, míralo por ti mismo:
Del escritorio de Karl
  1. Besa el culo de Hank y el te dará un millón de dolares cuando te marches del pueblo.
  2. Bebe con moderación.
  3. Cubre de mierda a aquellos que no sean como tú.
  4. Come bien.
  5. Hank dictó esta carta él mismo.
  6. La luna está hecha de queso verde.
  7. Todo lo que dice Hank es cierto.
  8. Lávate las manos despúes de ir al baño.
  9. Evita el alcohol.
  10. Come tus salchichas en bollos, sin condimentos.

Yo: Esto está escrito en papel con el membrete de Karl.

María: Hank no tiene papel.

Yo: Tengo la impresión que si lo comparamos encontraremos que esta es la letra de Carl.

Juan: Por supuesto, pero Hank lo dictó.

Yo: Pensaba que decíais que nadie puede ver a Hank.

María: No ahora, pero hace tiempo hubo algunas personas.

Yo: Pensaba que decíais que era un filántropo. ¿Que tipo de filántropo cubre de mierda a la gente solo porque sean diferentes?

María: Eso es lo que Hank quiere, y Hank siempre está en lo cierto.

Yo: ¿De dónde has sacado eso?

María: El punto 7 dice que: "Todo lo que dice Hank es cierto" ¡Ésto es suficiente para mi!

Yo: Quizás vuestro amigo Carl hizo las normas él mismo.

Juan: ¡Imposible! El punto 5 dice: "Hank dictó esta carta el mismo". Al mismo tiempo, el punto 2 dice "Usa el alcohol con moderación", el punto 4 dice "Come bien" y el punto 8 dice "Lávate las manos despúes de ir al baño". Todo el mundo sabe que esto es cierto, por lo tanto, todo lo demás debe ser cierto también.

Yo: Pero el punto 9 dice "No uses alcohol", lo cual entra en conflicto con el
punto 2, y el 6 dice "La luna está hecha de queso verde", lo cual no es cierto.

Juan: No existe contradicción entre los puntos 2 y 9, el segundo simplemente clarifica el primero. Y por lo que respecta al 6, tú nunca has estado en la Luna, por lo que no puedes hablar con seguridad.

Yo: Los científicos tienen claramente establecido que la Luna esta hecha de roca...

María: Pero ellos no saben si la roca viene de la Tierra, o del espacio exterior, por lo que puede ser fácilmente queso verde.

Yo: Realmente no soy un experto, pero pienso que la teoría de que la Luna fue "capturada" por la Tierra ha sido descartada. Por otra parte, no saber de dónde viene la roca no la convierte en queso.

Juan: ¡Ajá! Acabas de admitir que los científicos cometen errores ¡pero nosotros sabemos que lo que dice Hank es cierto!

Yo: ¿Lo sabemos?

María: Por supuesto, el punto 5 lo dice.

Yo: Estáis diciendo que Hank siempre está en lo cierto porque la lista lo dice, la lista es cierta por que Hank la ha dictado, y sabemos que Hank la ha dictado por que la lista lo dice. Esta lógica circular no se diferencia en nada de decir que Hank es verdad por que lo dice Hank.

Juan: ¡Ya lo está comprendiendo! Es reconfortante ver que alguien se está acercando a la forma de pensar de Hank.

Yo: Pero... oh, no te preocupes. ¿Cual es el trato con las salchichas?

(María se sonroja)
Juan: Las salchichas en bollos, sin condimentos. Esta es la forma de Hank. Cualquier otra forma es incorrecta.

Yo: ¿Qué ocurre si no tengo un bollo?

Juan: No hay bollo, no hay salchicha. Una salchicha sin bollo es incorrecto.

Yo: ¿Sin salsa? ¿Sin mostaza?

María (asombrada): Parece irremediablemente condenado.
Juan (gritando): ¡No hay ninguna ambigüedad en su lenguaje! ¡Cualquier tipo de condimentos están prohibidos!

Yo: Entonces, de una enorme pila de chucrut con algunas salchichas pinchadas en ella ni hablamos ¿no?

María (se pone los dedos en los oídos): No te estoy oyendo, nana nana nana.
Juan (con cara de aversión): ¡Eso es repelente! No sé qué clase de demonio comería eso...

Yo: ¡Hank! Él come eso todo el tiempo.

(María palidece)
Juan (cogiendo a María): Bueno, si yo hubiera sabido que eras uno de esos no habría perdido mi tiempo. Cuando Hank te cubra de mierda, yo estaré allí, contando mi dinero y burlándome. Yo besaré el culo de Hank por ti. Tú, comedor de salchichas sin bollo y devorador de chucrut.
(Al decir esto, Juan arrastró a María al coche que le esperaba y arrancó a toda velocidad.)

- La idea del culo y los besos es de un tal Reverendo James Huber (¿un reverendo que que se define como ateo?).
- El texto es cortesía de Círculo Escéptico.org

Actualizado el 01/05/08: Nos cita el Comando Zorongollo.
También el 13/05: El Camarada ha pensado que we're worthy.

19/4/08

Una gran verdad

Antes de nada, nos ponemos en situación. Un amigo me pasa este vídeo del Prof. Wesch, profesor de Antropología en la Universidad Estatal de Kansas. El asunto del correo se llama como esta entrada: "Una gran verdad". Dado quién me ha remitido el vídeo y quién lo ha hecho, me imagino que será una perla (a pesar del cariño que, como sabéis, profeso a ese tipo de asignaturas).


Termino de verlo, y se me hincha la vena. Me intento tranquilizar, "piensa que eso es en Estados Unidos, que allí son más soplapollas que aquí...". Lo peor es que he comprobado que hay mucha gente, aquí, que comparte el punto de vista de esos estudiantes. Bueno. Yo no sé hacer vídeos tan elegantes, pero sé aporrear las teclas del ordenador. Así que también voy a dar mi opinión.

Leo el 49% de las lecturas que me mandan / sólo el 26% son relevantes para mi vida -> Pobrecita. Si es que tiene toda la razón: ¿para qué quiero yo leerme un aburrido texto sobre el síndrome de Wegener, que es rarísimo y que además no me va a ayudar a rebajar la hipoteca del piso? Pues, sencillamente, porque la hipoteca del piso es un problema de la vida real: responsabilidad, "cosas de mayores", michica. Y en la Universidad no te ponen el baberico para recoger lo que se te cae: en la Universidad te enseñan tu profesión. A los ingenieros, a saber qué dijo Fourier. A los médicos, a saber qué es un IECA. Y, claro, obviamente eso no es "relevante para la vida". Nos ha jodido...

Compro libros de texto de cientos de dólares que nunca abro -> ¿Y tú no sabes que existen las bibliotecas? Si te lo quieres comprar (yo lo hago: soy un fetichista literario), antes le echas un vistazo, lo trasteas un poco para asegurarte. Claro, ahora entiendo por qué al pobre chaval no le llega para la hipoteca, ¡es que se lo pule todo en libros!

Mi vecino pagó la clase pero nunca viene -> ¿Y?

Leeré 8 libros este año ... 1281 perfiles de Facebook -> Ehm... esto explica bastantes cosas...

Duermo 7 horas cada noche ... Paso 1h30 viendo la tele ... Paso 2h en mi móvil ... Eso hace un total de 26,5h/día -> Sí, definitivamente tienen que ser de letras. Porque, si supiesen matemáticas, se darían cuenta de que en esa ecuación sobra la tele y bastante del móvil (¿2 horas? joder...). Y eso que estoy dando por supuesto de que las 3h30 en internet son por motivos consistentes, aunque a la vista de lo de Facebook, lo dudo bastante.

Soy multitarea... (tengo que serlo) -> Pobrecita chica, cuánto estrés le supone oír música mientras navega por internet... Y eso que no es varón, que nosotros sólo podemos atender a una cosa a la vez.

Deberé US$20,000 tras mi graduación
-> Mira, en esta le doy la razón. Tengo amigos que han estudiado en universidades privadas, y... ¡auch!

Soy una de las "suertudas" -> Vale, aquí también le doy la razón. Y también en todos los datos de la gente que hay en el mundo que no tiene ni qué llevarse a la boca. Y entonces me pregunto: ¿de qué coño se quejan estos niñatos?

En resumidas cuentas, después de ver el vídeo me quedo con la sensación de que esos hijos del tío Sam tienen una imagen de sí mismos del tipo "ay, pobrecitos nosotros". Y alguien que, ¡como ellos mismos admiten!, tiene la suerte de estudiar en la Universidad (aunque se la sude y no vaya a clase), disponer de cultura gratis (¿biblioteca? ¡total, para ocho libros al año!), poder acceder a Internet (aunque prefiera ver en el Tuenti fotos de sus borracheras); que alguien con todas esas posibilidades se queje por poder hacerlo... me acaba de recordar esta frase.

18/4/08

Terminando con la cultura

You don't have to burn books, do you, if the world starts to fill up with nonreaders, nonlearners, nonknowers?

Ray Bradbury, en una introducción (de 1993) a su novela Fahrenheit 451.

13/4/08

Sedaciones, eutanasia y doble moral

Os voy a contar un par de historias. La primera es la de Mar, una niña de seis añitos. Es muy alegre, como la mayoría de los niños de esta edad, y le encanta peinarse trencitas en su melena rubia. Ahora sólo puede acariciar la de su Barbie: ella se quedó sin pelo al empezar con los ciclos de quimioterapia. Un osteosarcoma tiene la culpa.

Todo el mundo pensaba que la rodilla le dolía porque tenía "crecederas". O eso, o porque el entrenador de baloncesto era un poco exigente. Por eso el diagnóstico llegó en el estadio IV, cuando el tumor ya había metastatizado al pulmón derecho. La quimio no pudo sino retrasar ligeramente el peor de los resultados: el tumor ganó la batalla. Se cambiaron los citostáticos por analgésicos; el objetivo ya no era curar a Mar. Era evitar su dolor.

Un día, el residente de guardia estaba haciendo la ronda de noche cuando se dio cuenta de que el sondaje urinario de Mar no había recogido nada. Comprobó sueros, medicación, y fue a hablar con las enfermeras. Hacía varias horas que los riñones de Mar no producían orina. Eso, en este contexto, significa que por el riñón no fluye la suficiente sangre para producir orina. Por lo tanto, deducimos que los órganos tampoco están suficientemente irrigados: el fallo orgánico y la muerte son inminentes.

El residente explica la situación a la familia de la niña, y estos autorizan que se sede a la niña. Consulta los libros, y prescribe los fármacos indicados a las once de la noche: "Bueno, Mar, ahora te vamos a poner esto para que te duermas y puedas descansar bien, ¿vale?" El pitido del busca despierta al residente a las tres de la mañana: Mar ya duerme para siempre.

Esta era la primera historia. La segunda no acaba mejor, pero por lo menos es más corta. A diferencia de la anterior, esta historia habla de un familiar mío. Así que perdonad si soy parco en detalles, pero no quería meter el dedo en la llaga aún sangrante, preguntando cosas que, total, son secundarias.

Hablamos de Luisa. Ella tiene ochenta y dos años y los achaques de la edad: una diabetes por aquí, una artrosis por allá... Hace unos meses tuvo un leve infarto cerebral, un ACV. Estuvo unos días en el hospital y, cuando se repuso, pudo volver a su casa. En una semana volvió a tener otro ACV, mucho más extenso que el anterior. Ya no podía hablar, y a duras penas podía moverse en la cama. Durante el internamiento, un tercer ACV. Se intuía cómo iba a acabar la historia.

Su evolución se estancó: es lo que pasa con las neuronas, que cuando se mueren, no se recuperan. Así que decidieron trasladarla a una "Unidad de larga estancia", eufemismo que se da a las "Unidades de cuidados paliativos", que a su vez es un eufemismo de "Antesala de la muerte". Estaba claro que, en su situación, lo único que se podía hacer era esperar lo que habría de llegarle, más pronto que tarde.

La artrosis, unida a las complicaciones del encamamiento, le provocaba dolores. Al principio bastaba con Perfalgan (paracetamol). Después tuvieron que cambiar al Nolotil y, cuando este ya no podía nada, pasar a la Dolantina (un mórfico). Al final, el dolor y los gritos eran tales, que el médico pensó que sería conveniente sedarla; como comenté en su día, es nuestro deber aliviar el sufrimiento.

Así que le administraron a Luisa los fármacos oportunos para sumirla en un sueño profundo, un estado quiescente en el que los padecimientos no existen. Y su cuerpo resistió así ocho días. La mañana del noveno, falleció.

Después de todo esto, os preguntaréis qué os quiero decir. Pues, la verdad, no lo sé. Esta vez quiero compartir con vosotros una duda que me reconcome. Como ya sabéis, la sedación terminal es una práctica médica recogida en los códigos de ética. Por otra parte, creo que no hay nadie que vea con malos ojos la actuación médica en los dos casos anteriores (que, exceptuando algunos detalles, son casos reales).

Sin embargo, ¿podéis decirme alguno qué diferencia sólida hay entre estas dos sedaciones (como otras muchas) y la eutanasia? Y no me refiero a chorradas como "que al retirar los sedantes, la persona sí se despierta": ya habéis visto que, pese a no ser médico, sé más o menos bien qué es la muerte. Lo que quiero decir es: ¿qué diferencia hay entre matar directamente a alguien y sedarlo, anulándolo como persona hasta que le llega la muerte? ¿Acaso ese sueño farmacológico no es un sólido anticipo de la muerte próxima e inevitable? O sea: ¿por qué nos parece bien que Mar o Luisa durmiesen profunda y permanentemente antes de morir, pero nos hubiera parecido rematadamente mal que el médico adelantase el desenlace?

Por eso el título de mi artículo. Vaya por delante que, personalmente, yo no quiero ser ningún mártir: no me gustaría morir retorciéndome entre los dolores de un cáncer de páncreas ni ver cómo me voy asfixiando poco a poco al ahogarme en el edema pulmonar de una insuficiencia cardíaca. Cuando llegue a cualquiera de esas situaciones (si no me he muerto antes en un accidente) agradeceré que una mano amiga me ayude a dar el último paso.

Dicho esto, volvamos al tema. Estamos hablando de enfermos terminales. Personas a las que les quedan horas, días de vida. Pero no de una vida plena que pueda ser disfrutada, sino de un dolor constante, que les impide ser conscientes de cualquier otra cosa que no sea el propio sufrimiento por el sufrimiento, carente de sentido. En esta situación, la Medicina emplea la sedación terminal: proporcionar una dosis de analgesia que deje al paciente sumido en un profundo sueño. Un sueño del que sabemos que no se va a despertar, que acabará en su muerte. Pero nos parece reprobable practicar la eutanasia: matarle, en vez de sedarle. ¿Por qué? ¿Qué diferencia hay? A mí se me ocurren varias.

Es más cómodo para la familia: Luisa no había muerto, aunque a efectos prácticos lo estaba. Así, cuando llegue la de la guadaña, no nos impresionará en absoluto: total, ya estaba "dormida"...

Es más cómodo para el enfermo. No es lo mismo saber que te van a dormir para quitarte el dolor, que saber que vas a morir. ¿Os imagináis el vértigo de saber que esa inyección te va a quitar la vida?

Es más cómodo para el médico. He oído muchas veces la frase de "no podría cargar con una muerte en mis espaldas el resto de mi vida"; es mucho más fácil autojustificarse pensando "no, yo sólo le sedé".

Sin embargo, todo ello banaliza la muerte. Nos escudamos en formalismos para negar la realidad de los hechos. No matamos, sino que sedamos. La muerte pierde toda su fuerza: deja de ser el fin de la vida para transformarse, simplemente, en un paso más de la enfermedad.

Y mejor lo dejo aquí, que ya he divagado bastante. Como veis, esta vez no pretendo dar ninguna solución: tan sólo plantear preguntas. Que cada cual encuentre su respuesta.

11/4/08

Intenta no errar

Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez, y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás a punto de obrar.

Viktor Frankl, en "El hombre en busca de sentido"
(el libro en pdf aquí).

7/4/08

¡Tenemos un 200!

El día parecía como cualquier otro. Tan aburrido como cualquier otro. La sesión de exposición de casos, eterna. ¿Tan sencillo es limitarse a dar las novedades de los pacientes? ¿Realmente hace falta revisar toda la historia? Historias que siempre sobrepasan la decena de folios, cada cual recogiendo patologías y complicaciones más enrevesadas que el anterior, con pautas de medicamentos que parecen una versión en miniatura del Medimecum. Es lo que tiene estar en la UCI: los pacientes complicados son el pan nuestro de cada día. Los pacientes complicados, y el coñazo de sesiones. Pero el jefe es el que manda, y si a él le parece lo mejor...

Cuando acabamos la sesión nos repartimos los casos. A cada uno, dos pacientes: examinarlos, tomar nota de las variaciones, discutir los tratamientos con los Departamentos que se ocupan de ellos, y volver a exponer todo en la sesión de las dos. Si algo no me gusta de este servicio es toda la "burocracia" que tenemos que hacer.

Pero bueno: cuanto antes empecemos, antes terminaremos. Así que vamos con el primero. Ramón está en la 484. Es un hombre con suerte: entró por Urgencias hace cuatro días con una disección aórtica. Es decir: la aorta, la arteria por la que sale la sangre del corazón antes de repartirse por todo el cuerpo, se había roto. Y, sí, esto es grave. Muy grave. Pero Ramón llegó a tiempo, cuando la avería aún no era muy grande, y le insertaron una prótesis de Dacron; ahora está haciéndonos compañía en la UCI mientras pasa el postoperatorio.

"¡Buenos días, Ramón! ¿Qué tal ha pasado la noche?" Las preguntas de rigor: él se encuentra bien, dentro de lo bien que puedes estar cuando te han serrado el esternón para abrirte el pecho. Si todo sigue así, en unos días le subiremos a planta. Sin embargo, hay que cambiarle la vía arterial; un catéter que metemos en una arteria de la muñeca para conocer la presión arterial instantáneamente. Nos lavamos, desinfectamos, ponemos el paño estéril, y empezamos a trabajar.

La verdad, conseguir meter un tubito de un milímetro en un vaso del mismo diámetro, es bastante difícil. Llevamos ya tres intentos, y no lo conseguimos. Menos mal que antes le hemos infiltrado un anestésico local: si no, el paciente estaría ya acordándose de la bendita madre que me parió.

Y, de repente, suena el busca. Pitipití, pitipití, pitipití. Y piensas: no puede ser, hoy no, no a mí. Sales de la habitación, y el residente de guardia te devuelve tu mirada de sorpresa. ¿Es eso? ¡Mierda! Se te acelera el pulso, y vas acumulando adrenalina mientras coges el teléfono y marcas el número que pone en el busca. "¿Dónde? - En broncoscopias."

Así que el residente y tú salís corriendo de la UCI: tenemos una parada. Todo lo que sabes es que en broncoscopias a alguien se le ha parado el corazón, ha entrado en parada cardiorrespiratoria, y su vida ahora mismo pende de un hilo. El cardiólogo de guardia estará ya en camino. El sacerdote, también. Y tú corres mientras esperas que allí alguien ya haya empezado la reanimación básica (generalmente con más voluntad que pericia). Ahora mismo el paciente depende de ti.

Corres escaleras abajo, a la planta tercera: ¿no era aquí? ¿¿Cuándo coño han cambiado broncoscopias?? ¿Quinta planta? Aprovechas que el ascensor pasa por allí para meterte dentro, y usas la llavecita que te da prioridad para subir al quinto piso sin detenerte por el camino.

Cuando llegas, no hace falta que preguntes dónde está el paciente. El desconcierto de la gente en la sala de espera te va guiando, y la cara de susto de las enfermeras te confirma el camino. Corres por el pasillo, y según llegas a la sala donde está el paciente ves que está todo lleno de gente en pijama verde; afortunadamente estamos enfrente de endoscopias, donde hay anestesistas, gente que sabe qué hacer en estas circunstancias.

El paciente está tumbado en la camilla. Parece más un polluelo que una persona: está macilento, no llegará a los sesenta kilos, ¿qué tendrá, setenta años? Ves el bulto del marcapasos bajo su clavícula izquierda, y las cicatrices de cirugías anteriores en el abdomen. Un compañero tuyo se afana en hacerle el masaje cardíaco mientras otros dos esperan para relevarle: lo de Hospital Central es mentira. Hacer un masaje cardíaco cansa. Mucho. Cuando haces una RCP, tus brazos son el corazón del paciente: aprietas en el esternón para comprimir el tórax varios centímetros (aun a costa de romperle las costillas), bombeando la sangre. Tienes que cargar tu peso "a plomo" sobre tus brazos, cien veces por minuto, abajo y arriba, abajo y arriba.

Por lo menos el paciente está en buenas manos. Ante todo, manos: en una salita de escasos diez metros cuadrados, hay once personas: tú y tu residente, los tres compañeros que están haciendo el masaje, dos enfermeras, el cardiólogo de guardia, el neumólogo y el residente que iban a hacer la broncoscopia, y un estudiante que se ha quedado atrapado en la refriega y mira la función acorralado contra la pared.

¡Atropina, una ampolla! ¿Qué ha pasado?, preguntas al neumólogo. "Nada", responde, "estaba monitorizado, y cuando íbamos a empezar, de repente, se ha parado. Han llamado al 200, hemos empezado la reanimación y han venido los de endoscopias con el carro de paradas". Abajo-arriba, abajo-arriba. Un médico ventila al paciente con el Ambú mientras la enfermera va proporcionándoles cuanto piden. ¡Adrenalina, una ampolla! ¿Dónde está ese laringo?

Vamos a intubar: de nada sirve mover la sangre por el cuerpo si no conseguimos que lleve oxígeno. Y, para eso, lo mejor es hacerlo introduciendo un tubo en la tráquea. Así que te metes en el fregado: vale, parad el masaje. El tubo entra a la primera: lo fijas con esparadrapo y sigues dándole al Ambú. El cardiólogo sigue pidiendo fármacos. ¿Cuántas adrenalinas llevamos? - Dos. - Métele la tercera.

Entre tanto frenesí, una figura vestida de negro se desliza hasta los pies del paciente. Es el sacerdote, que viene a hacer cuanto puede en esta situación: saca los Óleos del bolsillo y le da la Extremaunción al paciente. Es lo que toca.

Llevamos ya un cuarto de hora de abajo-arriba, adrenalinas y calcios. Cada cierto tiempo, el cardiólogo nos pide que paremos para mirar el monitor y tomar el pulso, a ver qué hace el corazón del paciente. Los mirones ya se han ido de la sala, y estamos sólo los profesionales en estas lides; una enfermera de confianza, dos anestesistas, el cardiólogo, mi residente y yo. El estudiante también se ha quedado: esta juventud cada vez es menos impresionable...

Veinte minutos. El neumólogo de profesión, cenizo de vocación, comenta desde el umbral de la puerta: "Después de este tiempo, vista la patología de base del paciente... yo creo que ya va siendo suficiente...". Los cojones, suficiente. Lleváis sólo veinte minutos, ¿y ya os vais a parar? Que alguien saque de aquí a este pájaro, por favor. El paciente no está muerto hasta que yo lo diga.

Treinta minutos. El cansancio se nota. Hasta el estudiante ha puesto sus brazos para reanimar. El cardiólogo vuelve a pedir que paremos, y mira el monitor: ¡fibrilación!. Eso significa que podemos darle al paciente un calambrazo y, con suerte, hacer que el corazón vuelva a latir. Porque, sí, aquí también nos ha engañado Hospital Central. Cuando a un paciente "se le para el corazón" (entra en asistolia) no hay que depilarle el pecho a electroshocks. Eso sólo hay que hacerlo cuando tiene ciertas arritmias.

Y este es uno de esos momentos. La enfermera saca las palas del desfibrilador, les da gel, y se las pasa al cardiólogo. ¡Carga a doscientos! Todos fuera, ¡que nadie toque nada! ¡¡Fum!! Esto sí es como en las películas, con el paciente dando un brinco sobre la camilla. Lo que no sale en la televisión son los pelillos del pecho que se churruscan...

Seguimos con el masaje. Cuarenta minutos. Ahora ya la cosa empieza a pintar mal... No le podemos poner ya más adrenalina, porque hemos alcanzado la dosis máxima. Tiene un gotero de bicarbonato, que nadie sabe muy bien para qué sirve, pero se lo ponemos "por si acaso". Creo que se ha llevado también un par de inyecciones de calcio. Con la atropina, en total hay más de una docena de ampollas vacías sobre el carro de reanimación. Y seguimos: abajo-arriba, abajo-arriba.

El cardiólogo vuelve a pedir que paremos el masaje, y... ¡sorpresa! ¡Hay pulso! Espera, vamos a asegurarnos: el pulsioxímetro lo capta, nosotros lo sentimos en la carótida, el electro muestra actividad: ¡¡el paciente vuelve a estar vivo!!

Así que nos vamos con la música a otra parte. Cargamos una botella de oxígeno en la camilla, nos hacemos con un monitor portátil para controlar al paciente y, ya que estamos, nos llevamos de regalo el desfibrilador. No vaya a ser que en el paseo hasta la UCI nos vuelva a dar un susto.

Desfrenamos la cama y salimos por el pasillo. Las enfermeras van abriendo las puertas a nuestro paso. Cuando llegamos a la sala de espera, la gente nos mira sorprendida: entre los pitidos del monitor, el médico que va ventilando al paciente, y el otro con el desfibrilador en la mano, formamos un séquito bastante peculiar. En la sala está también un chaval que llora angustiado y nervioso, mientras una chica lo abraza. Más tarde me enteraré que el hombre que llevábamos en la camilla no tenía setenta años, sino cincuenta, y que ese chaval era su hijo. Joder, menudo espectáculo, ¿nadie podía haber entrado a los familiares en una consulta, para que estuviesen tranquilos?

En fin: ahora tenemos que ingresarle en la UCI, estabilizarle, pautar cien mil fármacos, evaluar su situación neurológica y cruzar los dedos para que no tenga ninguna secuela. Bueno, hace cuarenta minutos estaba muerto, así que...

Sí, me encanta ser médico.

3/4/08

Mi videolog (VI-deoclips)

En la entrega de hoy, nos ponemos musicales. Al más puro estilo ¡Sordidez! (de Vicisitud y Sordidez), haré aquí una recopilación de videoclises de esos que arrancan gritos de desesperación pidiendo una dosis de cianuro. Nah, me he pasado. Dejémoslo en que, mientras veáis estos vídeos, sentiréis la necesidad de agarrar un lápiz y perforaros los tímpanos.

El problema es que son tan buenos que no sé por dónde empezar...


David Hasselhoff

Lo que puede llegar a hacer uno por ganarse las habichuelas. Y es que, donde estuviere el apuesto Mitch Buchannan corriendo sobre la arena salvavidas en mano, o Michael Knight desfaciendo entuertos con la inestimable ayuda de su amigo KITT... ahora vemos a un cincuentón ajadillo y dándoselas de machote con chupa de cuero (atención a ese movimiento de pelvis: oh, yeah!).

De todas formas, si tenéis los arrestos de ver la canción hasta el final os daréis cuenta de que, en realidad, va de coña: no le da ningún viaje a la pasajera, y mira que bien lo merece...



Corazón latino

Bueno, propiamente el engendro se llama "Laat de zon weer schijnen", que mi nulo conocimiento del holandés me dice que será algo sobre dejar brillar el sol. En este caso tenemos a un niño con un claro problema dietético, llamado Zanger Bob (o sea, "el Bob cantarín") cantando algo con la melodía de "Corazón latino". Y, sinceramente, no sé qué me gusta más. Si las tetas de ese niño saltando mientras corre por la playa, o esas coristas (por otra parte, bien jabatas que están ellas) bailando una coreografía digna de setentones en Benidorm. Por no hablar de la melodía, paradigma de la versatilidad del Casiotone

Lo que no voy a negar es que, con ese pelito rubio y esa cara pan que tiene, resulta enternecedor; casi tanto como los alemanes borrachos que invaden las zonas de marcha de Palma en verano. Y no me digáis que se os había pasado el parecido.


Idiomas exóticos

El neerlandés, que es el idioma en el que cantaba nuestro Bob, es una lengua germánica. Como lengua germánica también es el inglés. Lo que ya no tengo tan claro es en qué dialecto exactamente canta esta mujer. Porque, aunque no lo creáis, eso pretende ser inglés.


Chimo Bayo

Y no podía dejar una entrada vergonzante como esta, sin nombrar a una de las perlas de la canción española: Chimo Bayo. Lo mejor que ha dado Valencia, después de su agua (y no, por una vez no estoy echando sal a las heridas).

Muchos de los que leáis esto tendréis la edad suficiente para haber bailado sus temas en el garito de turno; seguro que la coplilla "Uno, que no pare ninguno; dos, nos movemos los dos; tres, lo mismo pero al revés", de inenarrable lirismo, os trae a la memoria gratísimos recuerdos. Sin embargo, otros no sabréis ni de quién estoy hablando. Mucho mejor: así esto os pillará de nuevas. Mwahahaha...

1/4/08

WTF!?

Revisando fotos viejas, me ha salido este gran WTF!?. Esta fotichuela está tomada en Saint-Jean-de-Luz (Francia, 64) en un verano cualquiera.

Por si acaso alguien no supo apreciar el sutil detalle... ¿Os habéis fijado de qué país es el coche?
Es decir, ¿por dónde se ha bajado el conductor?


Con un par.