7/8/08

La tetera de Russell

Escribo esta breve (y, por ello, dos veces buena) entrada para comentaros algo que muy probablemente ya conozcáis. Es un recurso que, cuando se trata el tema del ateísmo, empleo muchas veces como introducción: una de las primeras balas a disparar. Reconozco que, como apoyo de mis tesis, desde el punto de vista lógico es un razonamiento ab absurdo. Sin embargo, constituye una primera carga muy eficaz a los cimientos de las religiones, cualesquiera que sean, haciendo una cómica (pero verosímil) analogía.

Estoy hablando, señoras y señores, de la tetera de Russell. Esta es, ni más ni menos, una perfecta parodia de lo que supone, en esencia, creer en Dios (o Alá, o Vishnu, o lo que os plazca): en un dios que no es falsable, que no admite cuestiones pues está basado en un argumento circular (¿os acordáis del culo de Hank?).

Traduzco el texto que lo explica, porque creo que nada que yo pudiera decir lo aclararía más:

Si yo sugiriese que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana china dando vueltas en torno al Sol en una órbita elíptica, nadie sería capaz de refutar mi afirmación, siempre y cuando tuviera cuidado de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser detectada incluso por nuestros telescopios más potentes. Pero si siguiese diciendo que, puesto que mi afirmación no puede ser refutada, dudar de ella es una presunción intolerable por parte de la razón humana, sería correcto pensar que estoy diciendo tonterías.

Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmase en libros antiguos, se enseñase como la Verdad Sagrada cada domingo, y se instilara en las mentes de los niños en el colegio, dudar en creer su existencia devendría una marca de excentricidad y habilitaría al incrédulo para las atenciones del psiquiatra en una era de Ilustración (o del Inquisidor, en una época anterior).


Prometí que esta iba a ser una entrada breve, y lo cumplo. Ahí lo dejo; creo que esa perla lo dice todo por sí sola.

If I were to suggest that between the Earth and Mars there is a china teapot revolving about the sun in an elliptical orbit, nobody would be able to disprove my assertion provided I were careful to add that the teapot is too small to be revealed even by our most powerful telescopes. But if I were to go on to say that, since my assertion cannot be disproved, it is an intolerable presumption on the part of human reason to doubt it, I should rightly be thought to be talking nonsense.
If, however, the existence of such a teapot were affirmed in ancient books, taught as the sacred truth every Sunday, and instilled into the minds of children at school, hesitation to believe in its existence would become a mark of eccentricity and entitle the doubter to the attentions of the psychiatrist in an enlightened age or of the Inquisitor in an earlier time.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La tetera de Russell, junto con el dragón invisible de Sagan (ver 'El Mundo y sus Demonios') es uno de los mejores ejemplos de lo absurdas que son las creencias de la gente.

Lo peor no es eso: lo peor es que mucha gente cree que hay ideas (la religión, sin ir más lejos) que merecen respeto por el mero hecho de existir y tienen que estar por narices a salvo de toda crítica.

Malos tiempos les esperan, añado.

EC-JPR dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Rinze... excepto en lo último. A mi modo de ver, el creer en un ser superior (y, por tanto, su institucionalización en forma de religión) es como el ir al baño cada día: algo inherente a la especie humana. Podemos intentar sacar de las ciénagas del error a unos cuantos, e incluso es posible que lo consigamos, pero serán muchos más los que permanezcan nadando en el lodazal.

(Y, sí, hoy me he levantado optimista)

Anónimo dijo...

Debe de ser que mi pesimismo roza con tu optimismo :-p

Criticar la religión abiertamente, como estamos haciendo tú y yo, es algo relativamente nuevo. Antes no existía ni el mero concepto y durante mucho tiempo habríamos tenido en la puerta de casa a una turba enfurecida blandiendo teas ardiendo por el mero hecho de dudar acerca de su amigo invisible. Los tiempos están cambiando, que diría Dylan.

EC-JPR dijo...

Tienes toda la razón. Pero tú entonces estás hablando sólo de libertad de expresión: eso no implica que los cimientos de la religión se estén tambaleando. Y sí, me encanta ser puntilloso :)